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El verdadero nombre del "berrinche"


Mi “yo” anterior a la maternidad (informada) era de las que decían (para mis adentros, claro) las frases que ven en la imagen. Las pensaba cada vez que iba a algún restaurante, supermercado o cuando estaba paseando en la calle y veía a mamás/papás con hijos/hijas haciendo las famosas “pataletas” porque estaban en pleno “berrinche”. Niños que lloraban desconsoladamente o que se tiraban al piso y no hacían caso a sus papás. Niños/niñas que gritaban, que empujaban a sus mamás, que no querían irse de algún lugar o que quería que les compraran algún juguete.


Recuerdo que siempre prejuiciosamente me decía a mí misma: “wow, pero qué tales mocosos”, “la mamá/el papá debería sacarlo de aquí”, etc. Y muy probablemente no era la única en tal lugar que pensara así. Claro que hay algunos más atrevidos y se acercan a las mamás/papás a decirles: “a ese niño le hace falta una buena nalgada” y demás. Inclusive hoy hay muchos que aun piensan así, prueba de ello es ver la cantidad de “memes” al respecto por ejemplo y se vuelven virales, continuando con con el círculo vicioso de la desinformación.


Fue así hasta que, en mi caso, me iluminé en las aulas de la universidad y en clases que constantemente recibo de expertos actualizados en la materia. ¿Y por qué digo que pude ver la luz? Porque fue hasta ese momento en que la palabra “BERRINCHE” salió para siempre de mi vocabulario cotidiano.


Así que como, lamentablemente, nunca se le llamó de manera correcta, les presento a: LA DESREGULACIÓN EMOCIONAL.


Un niño no es berrinchudo. Un niño está desregulado emocionalmente.

Un niño no hace pataletas. Un niño se desborda emocionalmente.


La palabra clave: LA EMOCIÓN.


Los niños/niñas JAMÁS serán los responsables o los culpables de su propia desregulación. Como todo lo que sucede en la infancia, serán los padres/madres o cuidadores quienes tengan que cargar con la tarea de acompañar, guiar y ayudar a sus hijos en el proceso. PERO, si estos adultos no saben conllevar dicha responsabilidad, pues estamos ante un GRAN PROBLEMA


Pero entonces , ¿Qué es lo que se debe y no se debe hacer? , ¿Se puede evitar o prevenir la desregulación?, ¿Cómo ayudar a los niños/niñas? y más interesante aún…¿Qué nos puede ayudar a los adultos a no empeorarlo todo?. Lo positivo de esto, es que ya las neurociencias de la mano de la psicología infantil se encargaron de encontrar las respuestas a estas preguntas, queda en cada madre y padre ponerse la mochila de la responsabilidad e información al hombro y encontrar el mejor camino para sobrellevar estos “berrinches”.


¿Qué crees que es lo que necesitas saber y aprender sobre los “berrinches”? Cuéntame en los comentarios!


Ale Zevallos

ALE: About Love & Education Blog


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